La condena a Ignacio Lula Da Silva es un golpe fuertisimo a la democracia. No podemos dejar de conmovernos, de ver como avanza la derecha usando hoy como brazo ejecutor un poder judicial al servicio de los intereses monopólicos y de los grupos concentrados de la Economía. Ya lo vimos en la destitución de Dilma Roussef vergonzosa! Ahora lo vemos con la persecución y la inminente detención del ex presidente.
La militancia del PT lo esta llevando en andas, y cuando el pueblo recupere el sentido común y el gobierno arrebatado por las burocracias partidarias, liberaremos a Lula definitivamente.
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