Para el Congreso
Metropolitano de Psicología
por María Elena Naddeo
23/11/2018
" La
percepción de la violencia de género en las adolescencias. Empoderamientos y
Resistencias. Luchas estudiantiles y respuestas de los organismos del
Estado."
Setiembre de 2017. Numerosas escuelas secundarias
de la Ciudad de Buenos Aires lideran un proceso de luchas cuestionando la
reforma propuesta por el Gobierno de local denominada “Nueva escuela
secundaria” por considerarla inconsulta, y funcional al proceso general de
ajuste económico y mercantilización de las políticas sociales. Se resuelve en asambleas una toma pacifica de
los establecimientos que genera una fuerte polémica y aun enfrentamiento con el
Ministerio de Educación dirigido por Soledad Acuña. El gobierno de la Ciudad
pretende sancionar las tomas mediante la actuación de la Policía de la Ciudad y
la aplicación del Código contravencional, tema que genera mayor irritación
social y estudiantil.
Después de semanas de conflicto la Defensoría del
Pueblo de la Ciudad convoca a estudiantes y autoridades del ministerio de
educación para encontrar caminos de superación del conflicto.
El salón auditorio de la calle Belgrano 673 repleto
de estudiantes. Numerosos profesionales y autoridades de la Defensoría del
Pueblo. Los y las delegadas estudiantiles proponen cuatro temas centrales:
a)
Repudiar el ingreso de la Policía a las escuelas y
toda sanción contra las medidas de lucha encaradas de forma pacifica
b)
Exigir que las reformas educativas sean
consensuadas con los centros de estudiantes y la comunidad
c)
Exigir la puesta en marcha de la ley de Educación
Sexual integral
d)
Exigir la elaboración de un protocolo de violencia
de genero.
Las fundamentaciones de cada uno de los puntos
llevo un largo debate, múltiples intervenciones. Nos vamos a detener en el último
punto, quizás el menos conocido de ellos. Una alumna levanto su mano y expresó
más o menos con estas palabras:
“Estoy en 5º año, tengo que compartir el aula con
mi violador”
Estas expresiones causaron un impacto muy profundo
en el auditorio. Particularmente las autoridades de la Defensoría del pueblo consideraron
el tema de especial gravedad e iniciaron un camino de investigación y búsqueda
de soluciones al reclamo desgarrador de la joven.
Como titular del área de Niñez, Adolescencia y
Genero de la Defensoría acompañada por profesionales del equipo me presenté en
la escuela de la denunciante. Aquí va un relato sintético que explicita
claramente la necesidad de incorporar la conceptualización de violencia de género
y los procedimientos específicos para abordar estos conflictos en la
adolescencia.
“La joven había mantenido una relación de pareja
con su compañero de estudios. Un año atrás habían roto, pero en un momento
determinado, estando en su casa, (setiembre 2016) el joven había avanzado en
una nueva relación sexual. La joven analizó en su terapia que dicha relación
fue un abuso, un acto no consentido y decidió denunciarlo. En abril siguiente su
padre lo planteó en la escuela, sin tener ninguna respuesta. Por lo cual hizo
una presentación en sede penal, que demoró largos meses sin expedirse sobre el
tema. Para setiembre estábamos en la ridícula – y trágica - situación de una
denuncia penal sin resolución con los dos jóvenes compartiendo el aula.
El director de la Escuela frente a mis
requerimientos se limitó a decir: “El hecho no sucedió en esta escuela. Porqué
debemos hacernos cargo”. Ante mi insistencia se planteó la intervención del
Consejo de Convivencia, quienes resolvieron después de mucho debate una
separación de curso. Como todo ello se dilataba, aconsejada por agrupaciones
feministas. la joven resolvió hacer la denuncia en la OVD. La justicia civil
resolvió rápidamente una orden judicial de restricción perimetral para el
joven, con lo cual la escuela de manera inmediata tuvo que conseguir vacante en
otro establecimiento.”
Estudiantes
de otros colegios secundarios y terciarios empezaron a consultarnos, trayendo
el relato de situaciones parecidas, todas ellas complejas y demandantes de un
abordaje especifico de los equipos directivos y psicopedagógicos.
Nadie
parecía estar preparado para resolver una consulta en la cual una alumna
relataba una situación de acoso o de abuso sexual, o de violencia de género en
la cual el victimario es un compañero o novio o amigo de la propia escuela.
Surgió
claramente la necesidad de elaborar un procedimiento ágil que incluyera un
marco conceptual y algunas alternativas para dar protección a las eventuales
víctimas. En octubre de 2017 después de
varias reuniones con delegados de establecimientos educativos y consultas con
equipos de la propia Defensoría del Pueblo, enviamos al Ministerio de Educación
el proyecto inicial del que termino siendo el
“Protocolo de acción
institucional en escuelas secundarias y establecimientos terciarios para la
prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de
género y orientación sexual” aprobado por Resolución Ministerial enviado a
las escuelas en junio de 2018 y vigente en las escuelas de la Ciudad.
En la
elaboración del texto destaco la cooperación fundamental de las abogadas Paz
Mastropierro y Silvina Lico, integrantes del Programa de Niñez Adolescencia y
Género a mi cargo. Y en la tramitación de las consultas que analizamos en el
presente texto al conjunto de los equipos.
Análisis y reflexión sobre las consultas
recibidas
Teniendo
en cuenta los relatos de las chicas denunciantes, de los y las docentes, y de
los familiares de los chicos involucrados llegamos a una primera aproximación
en los puntos de coincidencia de las temáticas de violencia sufridas por las
estudiantes.
En
las consultas recibidas aparece como núcleo del conflicto una relación
sexual no consentida, un acercamiento amoroso que avanza y llega a
constituir un acto sexual que la adolescente no procesó ni tramitó como de su
aprobación. En varias ocasiones las chicas refieren el haberse quedado
paralizadas, sin saber expresar un rechazo firme o verbalizado. Algunas de
ellas – por ejemplo, la joven que inició el reclamo por el protocolo y otras –
tomaron conciencia de la situación abusiva al reflexionar en terapia sobre lo
acontecido y decidieron denunciarlo en la escuela, en su familia e incluso en
la justicia meses después.
Los
varones con los que pudimos contrastar los hechos expresaron cierta sorpresa
por la reacción tardía de las jóvenes. “Pensé que estaba de acuerdo” “No creía
que estuviera desconforme”, frente a los adultos que los instábamos a
expresarse.
Confirmamos
entonces la continuidad de hábitos culturales machistas en adolescentes recién
iniciados en la sexualidad. Un posicionamiento actitudinal de avanzar en la
relación sexual sin esperar la respuesta activa de la pareja femenina. En síntesis, la reproducción de una postura abusiva,
naturalizada, sin una reflexión especifica de la importancia de la relación
comprometida, toto lo cual actúa como reforzatorio y reproductivo del comportamiento
sexual machista.
Resulta
de este somero análisis que el esfuerzo de elaboración critica que formulan las
chicas denunciantes se convierte en una acción de alto impacto en la prevención
de las pautas de comportamiento sexuales abusivas de la cultura patriarcal
dominante.
Reflexiones para y con los y las docentes
El
desconcierto que encontramos en numerosos equipos docentes al tener que abordar
las temáticas de violencia de género, es similar a la apuesta de compromiso que
muchos otros hacen cotidianamente tratando de encontrar caminos de diálogo y de
protección de la población estudiantil a su cargo.
El
problema detectado es que la conceptualización sobre la temática de género no
tiene todavía en la escuela secundaria un lugar relevante. Entender que las
relaciones entre varones y mujeres están atravesadas por una asimetría de poder
en la cual los varones reproducen estereotipos machistas y violentos todavía no
es parte de la cosmovisión de profesores y profesoras. No hay conciencia de que
las masculinidades están construidas en base a estereotipos que animan a los
varones a ejercer actitudes de control, de manipulación de los cuerpos
femeninos. Masculinidades hegemónicas, machistas.
Se
piensa a los estudiantes de manera global, sin distinguir las realidades de
discriminación que pueden atravesarlos. En el mejor de los casos, algunos
docentes sensibles a la temática de los derechos de los niños niñas y
adolescentes, sostienen que las violencias en una pareja juvenil o incluso
alguna situación de violencia o abuso sexual entre pares pueden entenderse como
“juegos infantiles”.
En
este punto es preciso desplegar otras estrategias de capacitación para llegar a
la comprensión más abarcativa y profunda. Porque la incidencia que puede tener
la prevención de la violencia de género desde temprana edad puede convertirse
en una herramienta poderosa para detener la espiral de violencia de género que
aumenta sin cesar o que por lo menos, no disminuye y se ha convertido en motivo
de preocupación central para los especialistas sociales.
Métodos para visibilizar reclamos sin
respuestas efectivas. El temido escrache.
Una
de las preocupaciones de los adultos, tanto docentes como padres, es el método
o las estrategias utilizadas por las chicas para visibilizar sus denuncias de
violencia sexista o micromachismos que enfrentan cotidianamente. La utilización
de un blog u otras plataformas de internet, o el uso de redes sociales como
Facebook, Instagram, Twitter, es tan difundida en los y las adolescentes que
aparece como un recurso ideal para difundir las denuncias que no encuentran un
canal apropiado de resolución de conflictos. La celeridad con que los y las
jóvenes viven su cotidianeidad no se corresponde con los tiempos de la
administración educativa. Las reuniones de equipo, las consultas con Defensorías
zonales, las entrevistas con las partes involucradas y mas aun si es preciso
citar a familiares se extienden en el tiempo en una duración de meses. Esto es
percibido por las chicas afectadas por v violencia de género como
desconsideración de la denuncia, falta de respuesta adecuada y dispara la
comunicación pública vía el método de las redes sociales, llamado “escrache”
por la comunidad.
Es
este un tema que deberá ser abordado y establecidos tiempos para abordar de
manera integral la problemática que transitamos. Solicitar confidencialidad
para las partes afectadas en un plazo que deberá estimar la escuela antes de
dar una respuesta. ¿Es posible establecer plazos, aunque sea estimativos, y
solicitar en el mientras tanto se tramita la denuncia no ventilarla
públicamente? ¿Es posible que las y los estudiantes conozcan cuando empiezan
las clases cuales son los procedimientos y los plazos estimados para
resolverlos?
Es
este uno de los puntos que podrá ser profundizado y considerado por los
consejos de convivencia, por los equipos psicopedagógicos, por los y las
delegadas estudiantiles a fin de encontrar nuevos puntos de acuerdo.
El nuevo rol de las Defensorías Zonales del
Consejo de los derechos de niños, niñas y adolescentes y de los equipos de orientación
escolar y otros dispositivos de apoyo.
La
fuerza del movimiento de mujeres, de las agrupaciones feministas, la
movilización permanente de los últimos años en función de poner fin a los
feminicidios y ala violencia de genero que persiste con niveles escandalosos de
incidencia social afectando la vida de miles de mujeres ha instalado en la
agenda educativa la perspectiva de género.
Es
preciso entonces un esfuerzo intelectual de comprensión profunda del momento
que estamos atravesando: un cambio cultural transformador de las relaciones de
poder que tradicionalmente caracterizan la vida de las parejas y su sexualidad.
La subordinación de género, en la cual el varón aparece con el poder suficiente
para organizar la vida sexual, de manera activa, y la sumisión o actitud pasiva
de las chicas, aceptando las propuestas masculinas, esto esta en discusión. Es
un cambio tan profundo que merece nos detengamos a pensarlo, a repensarlo y a
acompañar de manera creativa y altamente profesional las consultas, las
denuncias y las orientaciones consiguientes.
Las
Defensorías Zonales de derechos de niños, niñas y adolescentes hicieron un
aporte central como instrumentos profesionales de la ley 114 de la Ciudad y de
la ley nacional 26061. El organismo de infancia del cual dependen el Consejo de
los derechos de niños niñas y adolescentes incorporo la perspectiva de los y
las niñas y adolescentes como sujetos de derechos, con capacidad progresiva
para ejercer el conjunto de sus derechos Y juegan un rol central como primera
línea de atención en resolución alternativa de conflictos o en la adopción de
medidas excepcionales en casos de abusos intrafamiliares con control judicial
posterior. Todo ello se trabajo por años con un enfoque de derechos, basado en
la Convención y otras normas derivadas. Hoy se impone incorporar la
conceptualización de subordinación de género en las parejas de adolescentes y
jóvenes y de no discriminación por diversidad sexual. Temáticas que no
aparecían instaladas o reflejadas en el ámbito publico o escolar, porque se
soportaban con resignación y en silencio. Se trata de recorrer un camino
similar, procurando la protección de las víctimas y la modificación de las conductas
de quienes actúan reproduciendo los estereotipos machistas y violentos.
Justamente porque son adolescentes, por eso tenemos que actuar con mayor
celeridad, con mayor precisión, para encontrar alternativas y construir un
mundo libre de violencias.
Primera evaluación de la puesta en marcha del
protocolo
Después
de largos meses de debate, postergaciones, en junio del 2018 se aprobó por
resolución del Ministerio de Educación, el “Protocolo de acción
institucional en escuelas secundarias y establecimientos terciarios para la
prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de
género y orientación sexual”.
A
pesar de incluir artículos específicos sobre la obligación de su difusión en la
comunidad educativa, recién en setiembre y octubre se hicieron unas breves
jornadas de capacitación para personal directivo y de los equipos de apoyo
educativos, muy signadas por la transmisión de los circuitos de comunicación
administrativa de las escuelas hacia la vía jerárquica ministerial.
Numerosas
escuelas y establecimientos terciarios están convocando a la Defensoría del
Pueblo para interpretar y efectuar consultas sobre el procedimiento a seguir.
Encontramos preocupaciones sobre el abordaje de la violencia de género en
adolescentes, no registrando la dimensión de subordinación de género, de
masculinidades dominantes o machistas en formación. Esta herramienta requiere
mayor comprensión de la cuestión de fondo que de los mecanismos administrativos
propuestos. Uno de los mejores caminos es analizar con detenimiento el
articulado de la ley 26485 en cuanto a la tipificación de la violencia de
género, física, sexual, psicológica con todas sus especificidades y
características, para poder encuadrar las conductas incluso verbales de los
alumnos como parte de esta cultural de control que queremos superar.
Algunas
conclusiones
·
Aportar a la construcción de
una sociedad libre de violencias y a reducir las cifras de victimas requiere
una capacitación permanente en la temática de igualdad de género, prevención de
las violencias y respeto por la diversidad sexual
·
En las escuelas es preciso
prestar mayor atención en la escucha habitual , leer e interpretar las quejas, denuncias
y consultas que formulan las y los estudiantes sobre la violencia en las relaciones
interpersonales con mayor detenimiento.
·
No considerar las denuncias y
consultas como “cuestiones de chicos”.
No subestimarlas. Pensar que su prevención puede hacer la diferencia
futura en la disminución de la epidemia de femicidios y violencias profundas
que registra la sociedad.
·
Consultar a los equipos
jurídicos de la Defensoría del Pueblo o de la Dirección General de la Mujer y
del Consejo de los derechos de niños niños y adolescentes de la ciudad sobre la
viabilidad de las denuncias judiciales. Fundamentar el camino y la estrategia
elegida de manera interdisciplinaria.
·
Actuar brindando contención
psicológica a las víctimas, evitando su revictimización, exigir un diálogo y
una comunicación sostenida con los equipos que llevan adelante las denuncias
para que la comunidad esté informada.
·
Brindar a los chicos acusados
de las situaciones de violencia de género ámbitos para expresarse y repensar
sus prácticas. Recomendarles terapias reparadoras y destinadas a la
modificación de conductas. Efectuar el seguimiento de los mismos, aun en otros
establecimientos educativos.
·
Citando
a Rita Segato:
“
…entiendo los procesos de violencia, a pesar de su variedad, como estrategias
de reproducción del sistema, mediante su refundación permanente, la renovación
de los votos de subordinación de los minorizados en el orden de estatus, y el
permanente ocultamiento del acto instaurador. Solo asi es posible advertir que
estamos en una historia, la profundísima historia de la ereccion del orden del
genero y de su conservación por medio de una mecánica que rehace y revive su
mito fundador todos los días. (…) el
fenómeno parece asemejarse mas a una situacion de violencia estructural, que se
reproduce con cierto automatismo, con invisibilidad y con inercia durante un
largo periodo luego de su instauración, tanto en la escala temporar
ontogenética de la historia personal a partir de su fundación domestica en la
primera escena como en la escala filogenética, es decir del tiempo de la
especie a partir de su fundación mitica secreta.”
(
Las estructuras… pagina 111)
Cobra
especial valor la acción sostenida de las adolescentes que cuestionan por todos
los medios a su alcance las expresiones machistas y violentas de sus primeras
parejas o compañeros de escuela. Se trata de una herramienta poderosa que puede
convertirse en estrategia eficaz para frenar la espiral disciplinante y
reproductora de los estereotipos de subordinación: frenar desde temprana edad
los primeros anuncios de la violencia de genero.
Bibliografía
Segato
Rita, Las estructuras elementales de la violencia, Prometeo Libros, Buenos
Aires, 2010
Giberti
Eva, Abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes. Noveduc, Buenos Aires,
2915
Bleichmar,
Silvia, Vergüenza, culpa, pudor. Paidós, Buenos Aires, 2016.
Pasqualini
Diana y Llorens Alfredo, Manual de Adolescencia y salud, un abordaje integral,
Ediciones Journal, Buenos Aires, 2016.
Escobar
Juan C. Masculinidades adolescencia y salud, en Pasqualini y Llorens, op. Cit.
Capitulo 18.
Sociedad Argentina de Pediatria, Documento
elaborados por el Comité de Estudio Permanente del Adolescente (CEPA) sobre
Noviazgos violentos.
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