miércoles, 3 de octubre de 2007

Desarrollar en extensión y calidad la educación pública

El conflicto más generalizado que atraviesa el sistema educativo actual, que en los últimos años se ha puesto bajo la denominación general de “retención escolar versus calidad educativa”, tiene que ver con la percepción social extendida y la íntima convicción de numerosos sectores de la docencia de que se ha deteriorado el nivel de aprendizajes que los chicos y los docentes puedan producir y elaborar.

Para explicarlo suelen mencionarse causas externas al sistema educativo y hay fuertes razones para sostenerlo: la ampliación de la matricula escolar en proceso paralelo a la caída en la pobreza e indigencia de millones de niños argentinos, ha generado en la escuela la irrupción de problemáticas de desintegración familiar y violencia que anteriormente no eran masivas; por otro lado cada vez más energías y horas de trabajo escolar deben ser utilizados para tareas asistenciales vinculadas a la provisión de alimentos y otros servicios elementales de orden social.
La convicción de ese deterioro, sumada a la prédica mediática del neoliberalismo que preconizaba – y en gran medida lo sigue haciendo- las salidas individuales, la filosofía del consumo y la pérdida de los lazos solidarios entre los distintos sectores de la sociedad- ha producido un auge de la educación privada y desigualdades profundas entre escuelas, provincias y sectores sociales, generando circuitos educativos selectivos, perjudicando a los más postergados, y en los que se pierde la enorme riqueza que significó para nuestra educación la convivencia de grupos heterogéneos.
En este particular momento histórico hay condiciones diferentes para encarar una nueva discusión pedagógica: hoy numerosos sectores sustentan una visión autocrítica de los años pasados y perdidos. En la Provincia de Buenos Aires, los mismos actores educativos reformulan y planean cambios estratégicos, porque los antiguos defensores de la Ley Federal de Educación y de la de Educación Superior han reconocido públicamente sus consecuencias nefastas, y porque es preciso transformar el malestar observable en todo el sistema educativo en iniciativas de transformación curricular, del gobierno de la educación y de las condiciones laborales docentes.

l. Universalizar el nivel inicial desde los 45 días hasta los 5 años del pre-escolar obligatorio. En cada barrio de nuestro país, en cada municipio y comuna en que se dividan geográficamente nuestras ciudades es preciso construir y organizar nuevos jardines maternales de 45 días a 2 años de edad y escuelas infantiles de 45 días a 5 años. Estas dos modalidades, entre las muchas que se han diseñado en las distintas áreas educativas nacionales o locales, garantizan a los niños de corta edad el espacio educativo y de contención social necesaria para desarrollar su potencialidad y capacidades desde la mas corta edad, detectar problemáticas en salud desde los primeros meses o años de vida, dar respuesta eficaz y del más alto nivel educativo a las madres y padres trabajadores.


II. Fortalecer la enseñanza de la lectoescritura en el nivel primario de la enseñanza. Desarrollar una fuerte inversión en los distritos escolares con necesidades básicas insatisfechas para lograr el 100% de escolaridad. Incluir en todos los programas curriculares de formación docente el estímulo a la lectura, así como una fuerte actualización en literatura infanto juvenil, que permita a los maestros y profesores ofrecer a sus alumnos materiales interesantes y motivadores, así como utilizar las herramientas informáticas para fortalecer la lectoescritura.

III. Ampliar progresivamente en todo el país los establecimientos que ofrecen doble escolaridad, revisando al mismo tiempo las modalidades con que esta educación se imparte, para asegurar la adquisición de metodologías de estudio, el aprendizaje de idiomas y la práctica deportiva, además de otras posibilidades optativas – talleres de ciencias, de artes y artesanías, danzas, etc.

IV. Inclusión de gabinetes psicopedagógicos por escuela y planes de fortalecimiento y actualización profesional docente en psicología evolutiva, nuevas problemáticas familiares, prevención de la violencia, entre otros temas de importancia.

V. Obligatoriedad de la escuela secundaria. Es preciso organizar una nueva escuela secundaria, renovada en sus contenidos y objetivos. Con participación de la comunidad educativa en el gobierno escolar, docente y estudiantil y de las organizaciones sociales y comunitarias. Con gabinetes psicológico y pedagógico para acompañar la problemática de los y las adolescentes y de los conflictos institucionales. Con el sistema de cargos docentes “Proyecto 13” para lograr la vieja aspiración de concentrar a los profesores en una sola escuela. Cuarenta y cinco horas cátedra como máximo de dedicación con un salario digno. Planificar nuevos edificios escolares amplios y con espacios libres para tareas grupales y educativas en horas extra clase, aulas por materia y equipamiento informático y audiovisual moderno. Evaluar el Plan de Escuelas de Re-ingreso y otras experiencias similares para jóvenes de los sectores populares y particularmente excluidos a fin de generar instancias integradoras para el cumplimiento de la enseñanza obligatoria.

VI. Jerarquizar la Universidad Pública.
Es necesario duplicar el Presupuesto para el nivel de Educación Superior, y Universitaria en particular. Con un compromiso formal de convocatoria periódica y permanente de concursos públicos para todos los cargos, incluyendo los colegios secundarios que dependen de la universidad. Con la incorporación de la enseñanza de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos en las carreras de grado de todas las disciplinas. Con un proyecto de articulación y transferencia de avances científicos y técnicos hacia los efectores estatales de la comunidad y de extensión universitaria en los sectores populares comunitarios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acuerdo con la candidata en las líneas de política educativa a impulsar: generalizar las salas maternales desde los 45 días es una necesidad imperiosa ante las graves consecuencias del neoliberalismo en el país. Escuelas de doble joranda y obligatoriedad de la escuela media por las mismas razones ya que lograr una mayor distribución de los conocimientos con acceso para todos los chicos sin exclusiones de ninguna clase, si no lo hace la escuela ¿quién? Aparte de la universidad, hay que fortalecer la formación docente para que los docentes del mañana puedan implementar estrategias para la inclusión y sé que María Elena Naddeo, si entra al Congreso, va a impulsar este tipo de medidas.
Marta Aleksevicius