ILEPOS ANALIZA LAS ELECCIONES DEL 28 de JUNIO del 2009
IDEAS PARA EL DEBATE
POR LA UNIDAD DEL CAMPO POPULAR
Desde el Foro Participativo de Ilepos hemos comenzado un debate que consideramos necesario profundizar, acerca de la realidad política actual y de las consecuencias que se desprenden de las elecciones nacionales y locales del 28 de junio.
Debates reales vs. marketing televisivo
Uno de los aspectos más contradictorios y que dificultan un análisis certero de la situación es que, pese a que las opciones existentes se presentaron como altamente confrontativas, los actores eludieron y suavizaron en lo posible las implicancias ideológicas de sus respectivas posturas.
La campaña se realizó básicamente en torno a spots publicitarios que acentuaban las características de un personaje, y alguna consigna genérica. Desde el Gobierno, se habló de la confrontación entre “modelos” y en cierto modo, el discurso personal de la Presidenta es el que más intentó ofrecer propuestas, aunque en su entorno, la insistencia en dramatizar el resultado de unas elecciones legislativas permitió que la lectura posterior se pudiera hacer en torno a éxitos y fracasos mucho más simbólicos que reales.
El impacto de los aparatos propagandísticos, las fortunas gastadas por los grandes partidos o fuerzas políticas hacen necesario también revisar las normas de financiamiento de campañas electorales porque de continuar esta rutina de marketing las fuerzas políticas pequeñas o alejadas de los grandes grupos económicos no van a tener posibilidades de acceso y participación publicitaria. Fue evidente también la forma en que algunos de los candidatos fueron excluidos de los grandes debates. Fue una verdadera digitación política electoral llevada adelante por los grandes medios, destinada a instalar los cuatro primeros lugares en el ranquing político. La exclusión de Aníbal Ibarra del debate en TN fue sin dudas parte de estas maniobras.
El discurso del Gobierno nacional
El gobierno actual produjo cambios de rumbo en relación con las ideas predominantes en los 90´, incorporando otra mirada acerca de los derechos humanos, la posibilidad de que el Estado determine rumbos económicos sin someterse a los dictámenes del FMI, cierta independencia de los eternos grupos de presión (los grupos concentrados de la economía, la Iglesia, las fuerzas armadas). Estas primeras acciones sobre las ruinas del 2001 produjeron un innegable crecimiento económico, un relativo bienestar general y en particular para los vinculados al comercio exterior nuevas posibilidades de enriquecimiento y prosperidad.
El discurso del Gobierno nacional continua enfatizando la necesidad de avanzar en políticas redistributivas, y en la recuperación del papel del Estado en la economía, particularmente en la revisión de las privatizaciones del 90´, pero todo ello no se traduce en los avances necesarios, e incluso en temas sensibles, vinculados a la a la erradicación de la pobreza y de la indigencia, a la profundización del modelo industrialista sustitutivo del perfil agro-exportador tradicional, a la preservación y defensa de los recursos naturales y energéticos, las asignaturas pendientes son muy fuertes.
Un relativo estancamiento económico, agudizado por la crisis internacional, pero sobre todo
las falencias en la restitución plena del empleo y de condiciones de trabajo dignas, particular-
mente para los jóvenes, y la distorsión de los indicadores oficiales de inflación, crecimiento y
otras variables, facilitaron los avances mediáticos para socavar la imagen de un gobierno que
pareció detenido en el tiempo y empecinado en algunos gestos incomprensibles para la ciudada-
nía. Se fue creando un clima de incertidumbre y desasosiego en amplios sectores medios, pro-
clives a soluciones mágicas y muy sensibles a sus propios intereses.
Desde el punto de vista de la construcción política, el giro adoptado por Néstor Kichner al volver a la hegemonía del Partido Justicialista para el diseño de la estrategia electoral alejó las posibilidades de refundar o fundar un movimiento político más transversal y de centro izquierda. Para quienes desde nuestros espacios políticos veíamos con buenos ojos estar alineados en “la vereda nacional y popular”, con nuestra identidad autónoma pero aliada, el endurecimiento de las estrategias de “pejotizacion” de la política constituyeron un obstáculo difícil de superar, junto a las limitaciones del modelo ya señalados.
La nueva derecha – El colorado Narváez y los muy porteños Macri y Michetti
Pero la realidad es que el núcleo duro de oposición no enfrenta al Gobierno por sus incongruencias en el desarrollo de un proyecto más inclusivo y avanzado, sino que por el contrario, aparecen impulsando con nuevas estrategias las viejas recetas neoliberales, atacando la posibilidad de afianzar el rol del Estado, de establecer mecanismos serios de distribución de la riqueza, de afectar de algún modo los intereses de los grupos más concentrados, de regular las exportaciones.
Para esto utilizaron fuertes herramientas comunicacionales, utilizando además la percepción de la inseguridad y el miedo como principal motor de la insatisfacción. Este recurso, mundialmente utilizado como parte del ideario neoliberal, se aísla de sus causas vinculadas a la destrucción del tejido productivo y social producido por sus políticas y es por lo tanto de muy difícil abordaje para los sectores progresistas.
No es casual que, relativamente envalentonados por los resultados electorales, expongan más crudamente su ideario. Habiendo instalado en los medios que la culpa de la inseguridad la tienen “los jueces garantistas”, puede verse nuevamente a diversos personajes que reivindican la teoría de los dos demonios y aún más, justifican la dictadura. El nombramiento de “Fino “ Palacios demuestra esa sensación de impunidad. El sector más conservador de la Iglesia retoma su ataque a la escuela pública y a los contenidos laicos y democráticos en la provincia de Buenos Aires.
Está claro que en toda América Latina, la derecha se propone retomar la iniciativa, luego de un período de importantes avances populares, con mayores niveles de autonomía de los
organismos internacionales, con avances reales en lo económico, con una conciencia regional sin precedentes. Allí donde los procesos son más profundos, donde los intentos de avanzar en procesos distributivos y de ampliación de la democracia a sectores habitualmente sin voz son más audaces, más difícil se hace la lucha por la hegemonía ideológica y cultural.
El golpe de estado en Honduras ha sido una prueba en el mismo sentido. Por eso es imprescindible acompañar todas las acciones de solidaridad encaradas por los distinto ámbitos políticos y sociales.
Un progresismo fragmentado pero vivo
El alto porcentaje de votos de Proyecto Sur – Pino Solanas y Fabio Basteiro en Ciudad de Buenos Aires y el importante resultado de Martín Sabatella y Jorge Ceballos en Provincia de Buenos Aires, hacen menos grave la pérdida del caudal de votos de Diálogo por Buenos Aires. Es evidente la fuga de votos en este sentido y nos sentimos aliviados de que hayan servido para un proceso de acumulación en el mismo espacio estratégico.
Es un tema de difícil análisis y un problema para nuestra fuerza y el centroizquierda en general que Aníbal Ibarra- nuestro referente político - no haya ingresado en el Congreso Nacional. Muchos son los factores que han incidido en este resultado y que expondremos en un apartado especial. Nuestra apuesta al fortalecimiento de una plataforma democrática, de izquierda, pluralista y de corte popular sigue en pie, más allá de los traspiés electorales.
Lo que desde el punto de vista general queremos resaltar es que tenemos la certeza de que los espacios progresistas requieren políticas y estrategias firmes de unidad, y que el fortalecimiento de este espacio es una herramienta fundamental para impedir el avance de los sectores de derecha.
Un proyecto nacional y local compartido
Necesitamos una centroizquierda o izquierda popular que reclame la profundización de las medidas progresistas del gobierno Nacional, y que participe activamente de los procesos de diálogo pero también de movilización popular presionando hacia el camino de transformaciones más profundas.
No es sencillo este camino. Tal vez el espacio más fértil sea la Ciudad de Buenos Aires, donde la Jefatura de Gobierno está en manos de la derecha y por lo tanto la oposición progresista puede actuar en conjunto. El desafío es ampliar estas experiencias al ámbito nacional, estableciendo puntos comunes para impulsar, defender o implementar.
En principio y a nivel nacional proponemos un conjunto de reclamos y demandas:
Reforma fiscal que contemple el gravamen de las rentas financieras y mineras.
La sanción y puesta en marcha de la Ley de Servicios y medios audiovisuales
Puesta en marcha del Banco del Sur y de los acuerdos del MERCOSUR para la incorporación de Venezuela y otros países de la región.
Asignación de nuevos fondos para promover el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, para la promoción industrial y el fortalecimiento del modelo.
Ampliación del Plan de impulso a la obra pública para la recuperación de los ferrocarriles, la construcción de más viviendas populares, promover el desarrollo vial.
Preferencial atención a la educación, a la salud y a la investigación, promoviendo la elaboración nacional de medicamentos.
Políticas de defensa del medio ambiente, hacia la recuperación de la soberanía energética y minera y los sectores sensibles inherentes a la defensa nacional
Fomento del empleo y del trabajo cooperativo en sus distintas formas.
Asignación familiar universal por hijo, reconversión y adecuación de todos los programas sociales.
Activo cumplimiento de la legislación sobre salud sexual y reproductiva, y la educación sexual en todos los niveles educativos.
Es necesario reflexionar en conjunto sobre las iniciativas destinadas a contrarrestar el bombardeo de los medios y lograr que la ciudadanía vuelva a interesarse por la política como medio de transformación de la vida colectiva, asumiendo esperanzas y utopías comunes. Entre ellas la creación y el sostenimiento de medios gestionados por los espacios progresistas para neutralizar las maniobras de los sectores conservadores más recalcitrantes.
Asignaturas pendientes en el FPP y en Diálogo por Buenos Aires: por un cambio en las estrategias de construcción.
Decíamos que el resultado de las elecciones del 28 de junio golpeó de manera particular a nuestra fuerza política. Es cierto que hubo intencionalidades claras desde el “stablishment” mediático por “corrernos” de las principales líneas de comunicación y perjudicarnos ex profeso remarcando errores o aspectos débiles de nuestro perfil político.
Tenemos que reconocer autocríticamente que no pudimos construir un discurso político que diera cuenta de las expectativas y necesidades de nuestro espacio político y social. Y que el ejercicio de las relaciones políticas y la construcción de la política de alianzas no tuvieron un debate serio y sostenido a lo largo de los últimos meses. Necesitamos fortalecer al FPP y a Diálogo por la Ciudad en ámbitos colectivos con mayor protagonismo de los referentes intermedios de los ámbitos territorial, técnico o legislativo.
Entendemos que es necesario reiniciar el proceso de debate del proyecto de país y de sociedad que queremos construir, tanto a nivel nacional como local. Para eso necesitamos una mesa del Frente Progresista y Popular que oriente la discusión, un plenario permanente y periódico que pueda hacer balances y propuestas de acción.
Necesitamos empezar a debatir fraternalmente y con otras fuerzas políticas habilitando determinados niveles de autonomía para la militancia, superando los círculos cerrados de articulación. Al mismo tiempo encarar iniciativas políticas, territoriales y legislativas articuladamente, reinventar una ingeniería de lucha por un proyecto de ciudad y de país que está en disputa y en debate.
Es posible recuperar el protagonismo del campo popular si se avanza en plural, sin sectarismos de viejo o de nuevo tipo.
Más allá de nuestros propios resultados, las perspectivas en la Ciudad de Buenos Aires son positivas, por el retroceso de Macri y Michetti (del 45 al 31 %) y por la suma de los sectores progresistas que llegan a un 45 % o a más del 60% de acuerdo a que parámetros de definición utilicemos para definir a los sectores políticos, es decir si incluimos solamente a los progresistas populares clásicos, o si hacemos una selección transversal del conjunto de las fuerzas de oposición.
Todo ello alienta la construcción de un proceso político de unidad de las fuerzas progresistas y populares, en camino hacia la constitución de un inter-bloque en la próxima Legislatura cuya construcción y resultados legislativos y políticos tendrán mucho que ver con nuestros propios objetivos y esfuerzos para lograrlos.
Es una apertura que nos va a fortalecer si lo hacemos colectiva y fraternalmente. Veamos
si somos capaces de aportar a la construcción de ese proyecto y de ese movimiento popular.
Para eso debemos superar algunas de las limitaciones típicas de todo el espacio de
centro izquierda, lleno de ideales pero también de fuertes individualismos.
Ilepos - Buenos Aires, 14 de julio de 2009.
Para la próxima discusión:
¿Serán/seremos capaces los compañeros y compañeras que integramos estos espacios políticos de conducir un proceso profundo y fraternal de construcción de nuevas estrategias políticas?
En la Legislatura porteña ya hubo señales promisorias: la presencia de los legisladores actuales y de los electos de un arco amplísimo de bloques en el cuestionamiento al nuevo jefe de policía - involucrado en la causa del atentado a la Amia, Jorge “Fino” Palacios - en la defensa de la escuela y la salud públicas, en la reapertura del Pabellón Amable Jones del Hospital Borda, muestran que hay voluntad y condiciones de acuerdos profundos, ideológicos y programáticos. Sin prejuicios, sin exclusiones.
En los temas nacionales sin duda hay diferencias profundas y obstáculos concretos más complejos, incluso entre quienes compartimos ciertos objetivos e idearios. Tenemos la responsabilidad común de poder superarlos, porque para el campo popular, el estancamiento significa mucho más que no avanzar, es perder esta oportunidad histórica. (*)
(*)Fragmento de una nota escrita por María Elena Naddeo valorando el llamamiento al diálogo realizado por la Presidenta.
1 comentario:
Para enfrentar con expectativas de éxito a la derecha, tanto en su avance actual como en las elecciones generales de 2011, será imprescindible construir la unidad de las fuerzas políticas y sociales del campo popular. Hace falta un claro pronunciamiento y una puesta en marcha decidida en la acción, dejando la retórica y convocando con amplitud, sin sectarismos y con humildad a la conformación de un Frente Amplio, popular, con democracia directa de las bases militantes, antioligárquico y antiimperialista. O serán una dura realidad las manifiestas precupaciones de Evo.
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