“La violencia contra las mujeres es una cuestión política y de derechos humanos”
La violencia contra las mujeres es considerada el crimen encubierto de mayores proporciones mundiales. Invisibilizada hasta hace pocas décadas, en los últimos años se han producido avances significativos en la consideración de la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos.
En 1981 el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. Recordaban así el asesinato de las hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana producido en 1960 como consecuencia de la valerosa militancia política que llevaban adelante estas tres mujeres en contra el entonces dictador dominicano Rafael Trujillo (1930-1961). La elección de este feminicidio como símbolo de la violencia contra las mujeres pone en evidencia las diferentes formas de manifestación de la violencia de género, instalándola como un problema político, sin dejar de considerar por eso las implicancias sociales, psicológicas, de salud, económicas y otras.
Finalmente, el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A partir de las diferentes convenciones y tratados internacionales que en nuestro país tienen rango constitucional desde la reforma de 1994, se ha legislado en la materia y se han implementado políticas públicas, en consecuencia, tanto a nivel nacional como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En Argentina, los análisis estadísticos de ONG's y centros de investigación señalan que en una de cada cinco parejas hay episodios de violencia. El 37% de las mujeres golpeadas por sus esposos lleva 20 años o más soportando la situación de violencia y se estima que el 23% de las mujeres argentinas son víctimas de violencia. En las fiscalías se denunciaron en el 2008 un promedio de un ataque sexual cada 150 minutos.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de los 6541 llamados recibidos durante el 2008, en la línea 137 de las Brigadas de Intervención del Programa de Víctimas contra las Violencias, entre el 70 y el 75% fueron realizadas por mujeres maltratadas física o psicológicamente.
Si bien estas cifras son contundentes, representan la punta del iceberg pues como la violencia doméstica o intrafamiliar es considerada un problema privado pocas veces se denuncia.
La violencia hacia las mujeres es consecuencia de la desigualdad de género y del estatus subordinado de las mujeres en relación a los hombres que todavía persiste en nuestras sociedades. Pese a algunas conquistas alcanzadas por las mujeres como la mayor participación en el trabajo, en la política, en puestos de decisión etc, la violencia contra las mujeres no ha cesado de reproducirse en todas las formas posibles.
En los casos más extremos, la violencia puede llevar a la muerte. Aún hoy en nuestro país, siguen muriendo mujeres por causas evitables relacionadas con la inequidad y la violencia, especialmente las de sectores más vulnerables:
Cada 2 o 3 días muere una mujer asesinada por su pareja, marido, novio o ex novio.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, 100 mujeres mueren al año en Argentina por abortos inseguros. Esta es la primera causa de muerte materna en el país y es considerada también una forma de violencia.
Por otro lado, 621 mujeres y niñas fueron desaparecidas en el último año y medio por redes de trata con fines de explotación sexual, según registros de la organización La casa del Encuentro. La trata de personas es también otra manifestación brutal de la violencia y una violación a los derechos humanos de las mujeres.
Por todo esto, adherimos al Día Internacional de No Violencia hacia las Mujeres con la consigna “la violencia contra las mujeres es una cuestión política y de derechos humanos”.
Reclamamos el cumplimiento de las leyes y políticas públicas que aseguren que las mujeres y niñas de este país puedan vivir una vida libre de violencias. Y exigimos la ampliación de los patrocinios jurídicos y centros de atención a las mujeres víctimas de violencia. Para que no haya ni una muerta más por el hecho de ser mujer.
María Elena Naddeo – Legisladora Electa - Diálogo por la Ciudad)
La violencia contra las mujeres es considerada el crimen encubierto de mayores proporciones mundiales. Invisibilizada hasta hace pocas décadas, en los últimos años se han producido avances significativos en la consideración de la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos.
En 1981 el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. Recordaban así el asesinato de las hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana producido en 1960 como consecuencia de la valerosa militancia política que llevaban adelante estas tres mujeres en contra el entonces dictador dominicano Rafael Trujillo (1930-1961). La elección de este feminicidio como símbolo de la violencia contra las mujeres pone en evidencia las diferentes formas de manifestación de la violencia de género, instalándola como un problema político, sin dejar de considerar por eso las implicancias sociales, psicológicas, de salud, económicas y otras.
Finalmente, el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A partir de las diferentes convenciones y tratados internacionales que en nuestro país tienen rango constitucional desde la reforma de 1994, se ha legislado en la materia y se han implementado políticas públicas, en consecuencia, tanto a nivel nacional como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En Argentina, los análisis estadísticos de ONG's y centros de investigación señalan que en una de cada cinco parejas hay episodios de violencia. El 37% de las mujeres golpeadas por sus esposos lleva 20 años o más soportando la situación de violencia y se estima que el 23% de las mujeres argentinas son víctimas de violencia. En las fiscalías se denunciaron en el 2008 un promedio de un ataque sexual cada 150 minutos.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de los 6541 llamados recibidos durante el 2008, en la línea 137 de las Brigadas de Intervención del Programa de Víctimas contra las Violencias, entre el 70 y el 75% fueron realizadas por mujeres maltratadas física o psicológicamente.
Si bien estas cifras son contundentes, representan la punta del iceberg pues como la violencia doméstica o intrafamiliar es considerada un problema privado pocas veces se denuncia.
La violencia hacia las mujeres es consecuencia de la desigualdad de género y del estatus subordinado de las mujeres en relación a los hombres que todavía persiste en nuestras sociedades. Pese a algunas conquistas alcanzadas por las mujeres como la mayor participación en el trabajo, en la política, en puestos de decisión etc, la violencia contra las mujeres no ha cesado de reproducirse en todas las formas posibles.
En los casos más extremos, la violencia puede llevar a la muerte. Aún hoy en nuestro país, siguen muriendo mujeres por causas evitables relacionadas con la inequidad y la violencia, especialmente las de sectores más vulnerables:
Cada 2 o 3 días muere una mujer asesinada por su pareja, marido, novio o ex novio.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, 100 mujeres mueren al año en Argentina por abortos inseguros. Esta es la primera causa de muerte materna en el país y es considerada también una forma de violencia.
Por otro lado, 621 mujeres y niñas fueron desaparecidas en el último año y medio por redes de trata con fines de explotación sexual, según registros de la organización La casa del Encuentro. La trata de personas es también otra manifestación brutal de la violencia y una violación a los derechos humanos de las mujeres.
Por todo esto, adherimos al Día Internacional de No Violencia hacia las Mujeres con la consigna “la violencia contra las mujeres es una cuestión política y de derechos humanos”.
Reclamamos el cumplimiento de las leyes y políticas públicas que aseguren que las mujeres y niñas de este país puedan vivir una vida libre de violencias. Y exigimos la ampliación de los patrocinios jurídicos y centros de atención a las mujeres víctimas de violencia. Para que no haya ni una muerta más por el hecho de ser mujer.
María Elena Naddeo – Legisladora Electa - Diálogo por la Ciudad)
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