miércoles, 21 de diciembre de 2011

Más que evaluar, buscan disciplinar


En Educación, no hablemos de evaluar hablemos de jerarquizar

Reclamamos un Plan de Jerarquización pedagógica, profesional y laboral docente.

La actitud, el discurso y las acciones desarrolladas por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, están intentando desgastar y desprestigiar la imagen de los y las docentes en la sociedad.

Un Ministerio que esta dirigido en tres de las cuatro subsecretarias creadas recientemente por técnicos de cualquier disciplina, menos la docente, retoma las políticas de la década del 90 con desgastantes auditorias internas y externas, ajustes de horas cátedra, resoluciones mordaza, la dilución de las Juntas de Clasificación docente en órganos reducidos de fiscalización y ahora la propuesta de evaluación generalizada a maestros y profesores.

Es una vieja historia, tan vieja como los intentos de privatización y municipalización de la enseñanza organizados por el Banco Mundial y el FMI, ellos también hablaban de evaluación docente, como mecanismo de control y subordinación a las políticas globalizadas.

¿Podemos entender otras formas de evaluación destinada no a disciplinar a los trabajadores de la educación, sino a promover su prestigio académico y social?

Organicemos un Plan de jerarquización laboral y pedagógica docente a fin de dar respuestas a las necesidades crecientes de los niños, niñas y adolescentes en estas sociedades de la información.

Ubiquemos entre los objetivos la de incrementar la planta funcional docentes en el sistema estatal, porque están faltando docentes en primaria y en muchas asignaturas en el nivel secundario. Están ingresando al sistema – y revalidados por la ultima ley de Juntas con la titularización masiva – docentes sin titulo respectivo, porque las condiciones de trabajo son desalentadoras, el desprestigio creciente.

Ahora desde el Ministerio de Educación se habla de los pobres resultados en unas evaluaciones de las cuales desconfiamos profundamente en cuanto a su pertinencia.

Debatamos con los representantes docentes, con la comisión de educación de la legislatura porteña, con las cátedras universitarias y los y las regentes de terciaria de los profesorados cuales son los criterios para la jerarquización docente.

a) Ampliación y fortalecimiento del funcionamiento de los equipos de orientación escolar (Psicol.- pedagógicos y sociales). Se torna imprescindible la ampliación de los equipos en cada establecimiento o por grupos de escuelas, a fin de brindar contención psicológica, social y en problemas de aprendizaje de los niños y adolescentes. De esta manera los y las docentes podrán concentrarse en la tarea pedagógica estricta y articular acciones con los equipos cercanos.

b) Puesta en marcha de las figuras de docente “volante” o docente suplente del distrito escolar a fin de garantizar la cobertura de los días de clase ante situaciones de emergencia o de licencias debidamente justificadas.

c) Extensión del sistema de profesores por cargo en todos los establecimientos de enseñanza secundaria., en cumplimiento de la ley 2905. el sistema de cargos aprobado unánimemente como el sistema que permitirá modernizar y actualizar las escuelas secundarias, solamente se esta implementando en 20 de las doscientas escuelas existentes. Es necesario generalizarlo.

d) Puesta en marcha de mecanismos de Perfeccionamiento y capacitación docente, con relevo periódico de tareas, organizados por la Dirección de Formación Docente en articulación con las Universidades Nacionales. El puntaje obtenido de la realización de estos cursos será considerado parte del puntaje de la carrera en los listados de orden de merito.

e) Rediscusión de los índices salariales corrigiendo gradualmente la desventaja comparativa entre maestros y profesores. (Un cargo de maestro de 25 horas semanales se abona 17 horas cátedra de media) Esto proviene de la época en que los maestros tenían titulo secundario (antes de 1969!) y los profesores de media titulo terciario o universitario. Hoy todos los docentes tienen títulos de nivel superior.

f) Puesta en marcha de mecanismos de participación docente, de los padres y de la comunidad en el gobierno de la Educación, tanto en los establecimientos como en las comunas y en el Ministerio. La democratización del sistema educativo es una necesidad.

g) Evaluación del conjunto de la educación privada, no sólo en el plano academico, sino en lo que hace al respeto de la legislación vigente contra la discriminación y por los derechos humanos, en especial los de niños, niñas y adolescentes.

Si se siguen tomando medidas inconsultas sin el respaldo pleno y entusiasta de la comunidad, tendremos una “guerra larvada” entre las escuelas del sector estatal y el Pro, de la cual solamente saldrán beneficiados los sectores privatistas de la enseñanza.

Min. Bullrich, es necesario escuchar a los docentes y a los especialistas de todas las corrientes de pensamiento. Y las herramientas que están utilizando desde el Gobierno de la Ciudad no apuntan a fortalecer la escuela pública, por el contrario la están desvalorizando cada vez más.

Necesitamos un Plan de jerarquización pedagógica, laboral y profesional del sistema educativo de la ciudad. Debatamos en cada escuela, en cada comuna, que educación necesitan nuestros niños y adolescentes.

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