sábado, 10 de diciembre de 2011





REPENSAR LA POLÍTICA EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

La asunción de las autoridades macristas en la Ciudad de Buenos Aires genera un fuerte contraste con el proceso político de la Nación y de numerosas provincias, en las cuales el Kirchnerismo y aliados del FPV, entre ellos nuestra fuerza política el Frente Progresista popular vienen consolidando un modelo de gobierno basado en la concreción de derechos de los sectores mas postergados de la sociedad.

En la ciudad de Buenos Aires, por el contrario la fuerza del PRO representada por Mauricio Macri para la Jefatura de Gobierno y ahora Christian Ritondo para presidir la Legislatura porteña, avanza con una batería de proyectos destinados a consolidar una ciudad en la cual la brecha de la desigualdad se profundiza cada vez más. Mucha inversión y obras públicas faraónicas e inmobiliarias en la zona norte, apropiación y venta del espacio publico en inmuebles municipales, junto con un impulso a los desalojos de familias humildes tanto en asentamientos como en inmuebles privados, todo ello configura un proyecto de ciudad contrario a aquel más integrado social y culturalmente que la Constitución de la Ciudad diseñó con el voto mayoritario en 1996.

¿Qué representa el Pro como modelo político y social? ¿Por qué ha recibido una y otra vez semejante respaldo popular, en particular de las capas medias y acomodadas de la sociedad porteña pero atravesando todos los barrios y comunas históricamente mas progresistas y populares?

Mucho se ha dicho sobre el tema, pero no está el balance saldado entre las fuerzas que aspiramos a un proyecto de inclusión social. Nuestra alianza como FPP con el kirchnerismo y el sabatellismo debería apuntar a construir colectivamente ese debate a fin de poder planear una estrategia alternativa a las habituales o ya transitadas para las próximas elecciones del 2013 y el 2015.

Necesitamos una articulación politica transversal y plural que oriente y aglutine.

Un primer aspecto a tener en cuenta es la necesidad de aglutinar y saldar una construcción de colectivos más cohesionados, superando la fragmentación existente. Aquí la capacidad de liderazgo en el distrito de los distintos referentes ( Juan Cabandie, Aníbal Ibarra, Roberto Feletti, Amado Boudou, Daniel Filmus, Martin Sabatella entre otros ) debería plasmarse en una conducción sólida y armónica a fin de sintetizar análisis y propuestas, presentando un frente unido para interactuar con la sociedad no desde varios sectores simultáneamente.

Ampliar la base de sustentación progresista y popular

La segunda estrategia tiene que ver con generar iniciativas y discursos que puedan incluir al electorado no tradicionalmente peronista que en la ciudad de Buenos Aires es mayoritario. Aquí se abren un conjunto de dilemas, el inmediato es el pretendido discurso de adhesión al modelo nacional y popular reclamado por la militancia K, y en principio muy valorado por los distintos referentes politicos locales y nacionales. Este discurso no tiene en cuenta que la ciudad de Buenos Aires viene luchando por su autonomia como jurisdicción hace más de veinte años, que parte del proceso diseñado por la Constitucion nacional y la local todavía no se han concretado, y que cualquier imposición desde arriba, por más que amemos a la Presidenta, golpea al electorado independiente y lo aleja de nuestras filas.

La ciudad de Buenos Aires tuvo una tradición aliada y protagonista del socialismo y luego del radicalismo. Parte de esos sectores se han reciclado en el Pro. E incluso en el último período el rechazo a cualquier acercamiento con el kirchnerismo ha acercado a la Coalición Cívica a concertar alianzas con el bloque macrista en la legislatura.

El ejemplo vivido en la votación de las Juntas de Clasificación docente, tiene en cuenta esta ecuación:

Los treinta votos se componen por los 25 del Pro (24 más una ex integrante de la fuerza Mónica Lubertino) más cinco de la Coalición Cívica. (Juan P. Arenaza, Adriana Montes, Sergio Abrevaya, Diana Maffia, Fernando Sanchez )

Es necesario recuperar ese sector oscilante, refractario a los gremios y a la izquierda combativa, académico y principista en algunos temas vinculados con los derechos humanos, o en las acciones anticorrupción, pero esquivo a la hora de pensar estrategias de unidad a largo plazo con sectores provenientes de las filas sindicales o de los barrios carenciados.

En lo nacional es innegable que el proceso liderado por Cristina Fernández requiere de nuestra más activa participación, para respaldar todo el camino recorrido para avanzar solidariamente con la consolidación y la profundización del modelo de igualdad.

En la ciudad de Buenos Aires, es preciso repensar la política, escuchar más a los sectores dispersos y a la militancia.

Una nueva articulación política para conducir un nuevo proyecto y una nueva alianza política en la Ciudad de Buenos Aires, esta es la tarea a encarar en lo inmediato.

dip.María Elena Naddeo

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