El V Congreso Mundial de Infancia y Adolescencia que se realiza en San Juan cuenta con el pleno respaldo de las autoridades nacionales. Así pudo garantizarse su desarrollo con más de 10.000 participantes, cifra récord en el tema de eventos para la infancia.
Las Conferencias de expertos internacionales, los Paneles temáticos, y las casi 200 presentaciones de proyectos y experiencias en los Foros, expresaron una profunda diversidad y riqueza de contenidos así como varias preocupaciones en común.
En primer lugar el fuerte cuestionamiento a las políticas de los años 80 y los 90 que llevaron a millones de familias a las peores condiciones de pobreza e indigencia, convirtiendo prácticamente en inútil o retórico el cumplimiento de la Convención Internacional de los derechos del niño aprobada en 1989. A partir de este reconocimiento, se marca el fuerte contraste con estos años de recuperación social y económica de los países emergentes, en la UNASUR, con el crecimiento del empleo genuino para padres y madres, con las transferencias de ingresos en forma directa para los chicos como la Asignación universal por hijo, el incremento de la escolarización, e incluso de las redes de agua potable y de electricidad en los diversos países de América Latina. “hasta en los pueblos que todavía usaban velitas y candelas,” en palabras de una de las representantes de la hermana Bolivia.
Podemos señalar que la ampliación integral de los derechos sociales económicos y culturales se ha convertido en el signo de los tiempos. La plena participación institucional de niños, niñas y adolescentes se evidencia en el propio Congreso donde los chicos están teniendo sus propios espacios de protagonismo.
También existen fuertes preocupaciones. Una de ellas tiene que ver con la persistencia de las situaciones de abuso sexual infantil y del incremento de las redes de trata con fines de explotación sexual que involucran y violentan a miles de adolescentes en nuestra región, y a millones de niñas y adolescentes en todo el mundo. La Relatora especial de Naciones Unidas para la prevención de las redes de violencia, explotación sexual y trata hizo un llamado a superar la debilidad de las políticas existentes a nivel mundial, a revisar el grado de incumplimiento de las numerosas leyes, tratados y declaraciones aprobadas sobre este tema una y otra vez infructuosamente.
Los y las funcionarias nacionales y provinciales especializadas en esta temática y las propias organizaciones de base reflexionaron profundamente acerca de la necesidad de generar nuevos enfoques destinados a encontrar las causas profundas de la persistencia y ampliación de las situaciones de violencia de género, expresadas en el abuso sexual intrafamiliar, de fuerte impacto en la vida de las niñas y de los niños, con sus secuelas traumáticas psíquicas y físicas, incluyendo los numerosos y recurrentes embarazos adolescentes productos del abuso. Tiempos de cambio social y de nuevos desafíos.
Erradicar las prácticas de la violencia sexual contra los niños y niñas se inserta en la agenda de manera prioritaria con toda la energía política.
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