viernes, 17 de julio de 2009

Tiempos de diálogo. Por la unidad popular


Las elecciones del 28 de junio permiten elaborar algunas conclusiones, base de enorme utilidad para la rectificación de estrategias políticas agotadas. Una de estas lecturas tiene que ver con la necesidad de gobernar captando y orientando los climas sociales – el humor de la opinión pública – que si bien es frecuentemente manipulado por los grupos de poder económico a través de los medios masivos de comunicación, se referencia en datos reales de critica social. Muchos lectores de Gramsci deberían recordar que el concepto de hegemonía ideológica orientaba hacia la construcción de liderazgos colectivos, no excluyentes ni unipersonales, y hacia la estrategia comunicacional y política de avanzar en las transformaciones necesarias con amplios debates y el acompañamiento de las masas.
El camino del Diálogo político iniciado por la Presidenta tiene mucho que ver con esta lectura, y es sumamente auspicioso, aunque desde las fuerzas plurales de representación minoritaria, desearíamos y deberiamos estar todos y todas representadas. Esta etapa de debate general puede ser una nueva oportunidad para construir las líneas legislativas y de políticas públicas en base a la definición de un modelo de país autónomo y solidario con América Latina, en búsqueda de la profundización de un modelo productivo de pleno empleo que garantice al conjunto del pueblo el acceso a los derechos sociales económicos y culturales.
Son suficientes las experiencias políticas equivocas o inconclusas de los sectores progresistas y populares. Tenemos que ser capaces de elaborar balances compartidos y reorientar las definiciones estratégicas.
En la ciudad de Buenos Aires, la ciudadanía nuevamente expresó un fuerte rechazo a las políticas de corte neoliberal: el PRO redujo su caudal del 45 al 31 % - y si sumamos solamente el arco político de centroizquierda se supera el 45%. Si sumamos toda la oposición al gobierno de Mauricio Macri, identificando por progresismo y por campo popular a sectores transversales del conjunto de bloques legislativos la unidad ascendería a más del 60, del electorado porteño. ¿Serán capaces los compañeros y compañeras que lideran estos espacios políticos de conducir un proceso profundo y fraternal de construcción de nuevas estrategias políticas?
En la Legislatura porteña ya hubo señales promisorias: la presencia de los legisladores actuales y de los electos de un arco amplísimo de bloques en el cuestionamiento al nuevo jefe de policía - involucrado en la causa del atentado a la Amia, Jorfe "Fino" Palacios - en la defensa de la escuela y la salud públicas, en la reapertura del Pabellón Amable Jones del Hospital Borda, muestran que hay voluntad y condiciones de acuerdos profundos, ideológicos y programáticos. Sin prejuicios, sin exclusiones.
En los temas nacionales sin duda hay diferencias profundas y obstáculos concretos más complejos, incluso entre quienes compartimos ciertos objetivos e idearios. Tenemos la responsabilidad común de poder superarlos, porque para el campo popular, el estancamiento significa mucho más que no avanzar, es perder esta oportunidad histórica.

María Elena Naddeo
Legisladora electa Diálogo por Buenos Aires

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