sábado, 12 de diciembre de 2009

Abel Posse no debe ser Ministro de Educación I

Declaración de María Elena Naddeo
Macri no da respiro - Viene en caida libre pero golpea fuertemente el sistema público de la Ciudad - Movilización permanente -

La legisladora por Diálogo por Buenos Aires, María Elena Naddeo, cuestionó la asunción de Abel Posse como Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires por diversos motivos. El primero y más importante es que Abel Posse, según consignan diversos medios, fue designado en el consulado de Venecia por la dictadura de Agustín Lanusse. El niega estas versiones, sin embargo, ha defendido dictaduras como la de Alberto Fujimori en Perú y criticó los juicios a los represores.

Además, su perfil autoritario se vio reflejado en diversas expresiones públicas, de las cuales las siguientes son apenas un ejemplo: “debemos devolver los poderes legales y constitucionales a las fuerzas que garantizan el orden público: Policía Federal, prefectura, gendarmería, servicios de inteligencia. Urge establecer el orgullo y la función esencial a las Fuerzas Armadas, que podrían, en caso de conmoción interior, ser convocadas como garantía del orden republicano o de la soberanía”, “los sospechosos del terrorismo se siguen vengando y humillando a las Fuerzas Armadas. Hoy somos ya un país indefenso. No tenemos ni aviones ni flota ni balas” (La Nación, 17 de octubre de 2007).

“Todo esto va en contra del paradigma de los derechos humanos garantizado tanto en la Constitución de la Ciudad como en la Ley Nacional de Educación”, aseguró Naddeo.

La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, en su artículo 23, establece: “la ciudad reconoce y garantiza un sistema educativo inspirado en los principios de la libertad, la ética y la solidaridad, tendiente a un desarrollo integral de la persona en una sociedad justa y democrática” y “promueve el más alto nivel de enseñanza y asegura políticas sociales complementarias que posibiliten el efectivo ejercicio de aquellos derechos”. Por su parte la Ley Nacional de Educación instituye entre los fines y objetivos de la política educativa nacional “brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos, respeto a los derechos humanos, responsabilidad, honestidad, valoración y preservación del patrimonio natural y cultural”.

Por otro lado, “Abel Posse –dijo Naddeo- tiene una larga trayectoria diplomática y como escritor de novelas y ensayos, pero no se le conoce experiencia e idoneidad en materia educativa que le permita asumir un cargo como el de ministro de Educación”. En ese sentido, ha demostrado además, en diversos textos, un desprecio hacia la niñez y adolescencia, negándole su carácter de sujeto de derechos. Ha expresado, por ejemplo, que un niño que comete un delito deja de ser niño para ser “asesino” y ha estigmatizado el comportamiento de los jóvenes, para quienes lo esperable es que se los controle y reprima en su “delirio” y en sus “transgresiones”.

Por todo esto, "pensamos que Posse no puede ser Ministro de Educación de la Ciudad y repudiamos su asunción" finalizó Naddeo.

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