domingo, 26 de mayo de 2013




Treinta años de democracia y una década ganada.

María Elena Naddeo
Profundas reivindicaciones recorrieron estos intensos treinta años de democracia. Un primer gobierno alfonsinista con fuertes objetivos democráticos y numerosos avances legislativos que concluye derrotado  frente a los embates de las corporaciones, la militar primero y la económica después. El poder concentrado, los organismos financieros internacionales barrieron las débiles resistencias del gobierno radical, y se apropiaron, pusieron en marcha su plan de restructuración global del Estado a través del gobierno supuestamente popular de Carlos Menem.

Desde los frentes políticos y sociales,  enfrentamos durante el menemismo el ajuste salvaje, la destrucción y remate de los recursos naturales y del Estado, el vaciamiento del aparato productivo de la Nación. En el plano educativo, luchamos contra la Ley Federal, herramienta para la adecuación del sistema educativo a un país sin proyecto productivo y al servicio de las corporaciones privadas. En aquellos años luchamos también por poner en marcha la Convención internacional de los derechos del niño, enfrentando la resistencia de los sectores conservadores de la justicia y de la política, defensores del viejo Patronato de Menores.  Luchas extenuantes, que nos llevaron a construir nuevas alternativas políticas a fin de enfrentar al neoliberalismo.

Por ello y junto a todo un pueblo vivimos la fuertísima esperanza de poner fin a la pesadilla menemista apostando al gobierno del Frepaso y luego de la Alianza. Dolorosas y frustrantes experiencias que estallaron en la crisis del 2001 y 2002 con nuevos ajustes, fuga masiva de capitales, y  la peores decisiones políticas tomadas por el gobierno de De la Rua, como el  estado de sitio y la represión contra el pueblo movilizado.

Es indudable que en el año  2003 empieza un cambio profundo de orientación en la política argentina. En muy breve reseña, es evidente el contraste con los ejemplos precedentes. En el año 2005 el gobierno de Néstor Kirchner impulsa y  logra la derogación definitiva del Patronato de menores, con la sanción de la ley de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, la 26.061, desterrando para siempre  las judicializaciones arbitrarias y la institucionalización de la infancia y la adolescencia por motivos de pobreza.

Poco tiempo después, la nueva Ley Nacional de Educación, en el año 2006,  deroga la tan cuestionada Ley Federal, poniendo en pie junto a otras normas y acciones de gobierno la educación técnica,  artística, la formación docente, el financiamiento educativo. Y se toman fuertes decisiones destinadas a recuperar la capacidad productiva del país, el fortalecimiento del mercado interno, la quita de la deuda externa. En el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, y enfrentando la crisis internacional que destruye a la vieja Europa,  las medidas de control cambiario están sin duda destinadas a evitar que la fuga de divisas se convierta en aquella trampa siniestra que destruyó nuestro sistema financiero en el 2001.

Tenemos memoria, hemos sido y somos protagonistas activos de esta nuestra historia. Valoramos este recorrido político y social,  porque recuperamos derechos y seguimos en el camino de la construcción de una  sociedad con mayores niveles de igualdad, sin pobreza ni violencias, decimos que esta ha sido y es, una década conciente y esforzadamente ganada.

Porque no queremos  retroceder, porque necesitamos garantizar lo conquistado y avanzar en esa sociedad igualitaria y autónoma que soñaron nuestros héroes y heroínas latinoamericanos, apostamos a esta construcción plural, nacional, popular y democrática que hoy gobierna nuestro país, en hermandad con la UNASUR y los pueblos en lucha por los mismos ideales.

                                                                                                                               25 de mayo 2013

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