#Despidos en la Era Macri (*)
En este enero de 2016
estamos viviendo una crisis social y política provocada no por
motivos estructurales sino por el particular estilo de gestión del gobierno de
Mauricio Macri. En efecto los augurios apocalípticos que fueron pregonados en
los últimos años desde las filas de Cambiemos y en particular de algunos voceros
económicos de fuerte estilo neoliberal o neoconservador, una y otra vez fueron
superados por la realidad económica, por la fuerte intervención de la Comisión
Nacional de valores, del Banco Central y de la conducción económica del
gobierno kirchnerista que -más allá de la necesidad de realizar un análisis más
pormenorizado en otros aspectos - sostuvieron con fuerza el timón de la
economía procurando equilibrar el intercambio en favor de los sectores
populares.
La crisis social deviene de esta gravísima decisión política
de generar el despido de miles de trabajadores contratados y precarizados en el
Estado Nacional y en los municipios de la provincia de Buenos Aires, así como
en algunos otros distritos. Una decisión que muestra una cantidad de elementos para
tener en cuenta y denunciar:
l. El sesgo conservador de la orientación ideológica de
Cambiemos, que recurre rápidamente y sin vacilaciones al recorte de las fuentes
de trabajo, al achicamiento del Estado y particularmente de los programas
sociales y convenios con organizaciones de la sociedad civil para paliar el aparente déficit presupuestario, en un tipo de decisiones que recuerdan sin
dudar al propio Cavallo en la era menemista.
2. La instalación en la agenda mediática, ahora monopolizada
casi totalmente por el sector oficialista, de la supuesta existencia de miles de ñoquis
y punteros políticos en la estructura del estado, colocando un halo de sospecha
y de estigmatización en el conjunto de los trabajadores y gremios estatales,
sin diferenciar aquellas situaciones de corruptelas o mecanismos de pagos
políticos con contratos del Estado, de los de la mayoría de la población trabajadora que
efectivamente desarrolla una tarea con funciones especificas de colaboracion en diversos programas.
.
.
3. El reconocimiento de la ausencia de una política laboral
respetuosa de los marcos legales constitucionales, de la estabilidad del
empleado público, del sistema de concursos para el ingreso a la administración pública.
El desarrollo de numerosos programas con personal precarizado a través de
contratos de locación de servicios y otras formas de peor precariedad como triangulaciones
con universidades públicas y privadas y organizaciones no gubernamentales
quienes proveen de operadores y empleados como pasantes o becarios, cambio del
pago de transferencias. Fueron formas encubiertas de contratación de personal
para no ampliar las plantas permanentes y cumplir con pautas de ajuste de la
economía globalizada. Este tema fue iniciado en la reforma del Estado en la
década del 90 con las leyes de flexibilización laboral, cuya última sanción
genero una fuerte crisis política en el gobierno de la Alianza, recordada
tristemente como la ley “Banelco” del Senado de la Nación. Estas politicas de precarizacion laboral debieron ser erradicadas y superadas en los doce años de gobierno nacional y popular. Pudo mas la vision economicista de la politica que la concepcion de defensa del derecho al trabajo digno que establece la constitucion nacional.
4. La visibilización de la existencia de programas sociales
importantes como el “Primeros años” de la Nación, o de chicos y personas en situación
de calle de la Ciudad de la Plata y otros de prevención de la violencia de
genero de varias provincias todos ellos
con situaciones de precariedad laboral altísima desde hace varios años. Sin
hablar de varios programas del área de Cultura de Nación, obviamente de más
reciente creación y por ello con mayor razón con situaciones recientes de
contratación.
La revisión de las incorporaciones de personal contratado en
los últimos años ordenada por el Presidente Macri en los ministerios y organismos descentralizados
y la Vicepresidenta Michetti en el Senado es una decisión política de profunda
gravedad pues genera el cese del
personal para después analizar caso por caso frente las obvias reclamaciones individuales
o gremiales. Este mecanismo – estilo manu militari, o detención preventiva,
primero lo arresto y después averiguo – es violatorio de todas las normas de
derechos humanos, en particular del derecho al trabajo consagrado en la
Constitución Nacional y normas internacionales.
Por ello nuestro repudio y el de un conjunto de organismos
sociales, políticos y académicos. Y la decisión de impulsar el freno de la ola de despidos a
través de la movilización popular y de las presentaciones en los ámbitos
judiciales nacionales e internacionales.
Constituye también un llamado de alerta además para que las
fuerzas progresistas y populares corrijamos - allí donde somos gobierno y en el
futuro cuando recuperemos lo perdido - las políticas de empleo y de inclusión
laboral, a través de normas claras que impidan estos cambios siniestros.
(*) reconocimiento especial merece el programa “Minuto
1” de Gustavo Silvestre en C5N único
medio televisivo que tomó el tema y lo desarrolló a lo largo de toda la semana
del 4 al 8 de enero/2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario