sábado, 9 de enero de 2016

Basta de Despidos y de Represión.

#Despidos en la Era Macri (*)






En este enero de 2016  estamos viviendo una crisis social y política provocada no por motivos estructurales sino por el particular estilo de gestión del gobierno de Mauricio Macri. En efecto los augurios apocalípticos que fueron pregonados en los últimos años desde las filas de Cambiemos y en particular de algunos voceros económicos de fuerte estilo neoliberal o neoconservador, una y otra vez fueron superados por la realidad económica, por la fuerte intervención de la Comisión Nacional de valores, del Banco Central y de la conducción económica del gobierno kirchnerista que -más allá de la necesidad de realizar un análisis más pormenorizado en otros aspectos - sostuvieron con fuerza el timón de la economía procurando equilibrar el intercambio en favor de los sectores populares.

La crisis social deviene de esta gravísima decisión política de generar el despido de miles de trabajadores contratados y precarizados en el Estado Nacional y en los municipios de la provincia de Buenos Aires, así como en algunos otros distritos. Una decisión que muestra una cantidad de elementos para tener en cuenta y denunciar:

l. El sesgo conservador de la orientación ideológica de Cambiemos, que recurre rápidamente y sin vacilaciones al recorte de las fuentes de trabajo, al achicamiento del Estado y particularmente de los programas sociales y convenios con organizaciones de la sociedad civil para paliar el aparente déficit presupuestario, en un tipo de decisiones que recuerdan sin dudar al propio Cavallo en la era menemista.

2. La instalación en la agenda mediática, ahora monopolizada casi totalmente por el sector oficialista, de la supuesta existencia de miles de ñoquis y punteros políticos en la estructura del estado, colocando un halo de sospecha y de estigmatización en el conjunto de los trabajadores y gremios estatales, sin diferenciar aquellas situaciones de corruptelas o mecanismos de pagos políticos con contratos del Estado, de los de la mayoría de la población trabajadora que efectivamente desarrolla una tarea con funciones especificas de colaboracion en diversos programas.
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3. El reconocimiento de la ausencia de una política laboral respetuosa de los marcos legales constitucionales, de la estabilidad del empleado público, del sistema de concursos para el ingreso a la administración pública. El desarrollo de numerosos programas con personal precarizado a través de contratos de locación de servicios y otras formas de peor precariedad como triangulaciones con universidades públicas y privadas y organizaciones no gubernamentales quienes proveen de operadores y empleados como pasantes o becarios, cambio del pago de transferencias. Fueron formas encubiertas de contratación de personal para no ampliar las plantas permanentes y cumplir con pautas de ajuste de la economía globalizada. Este tema fue iniciado en la reforma del Estado en la década del 90 con las leyes de flexibilización laboral, cuya última sanción genero una fuerte crisis política en el gobierno de la Alianza, recordada tristemente como  la  ley “Banelco” del Senado de la Nación. Estas politicas de precarizacion laboral debieron ser erradicadas y superadas en los doce años de gobierno nacional y popular. Pudo mas la vision economicista de la politica que la concepcion de defensa del derecho al trabajo digno que establece la constitucion nacional. 

4. La visibilización de la existencia de programas sociales importantes como el “Primeros años” de la Nación, o de chicos y personas en situación de calle de la Ciudad de la Plata y otros de prevención de la violencia de genero de varias provincias todos  ellos con situaciones de precariedad laboral altísima desde hace varios años. Sin hablar de varios programas del área de Cultura de Nación, obviamente de más reciente creación y por ello con mayor razón con situaciones recientes de contratación.

La revisión de las incorporaciones de personal contratado en los últimos años ordenada por el Presidente Macri  en los ministerios y organismos descentralizados y la Vicepresidenta Michetti en el Senado es una decisión política de profunda gravedad pues  genera el cese del personal para después analizar caso por caso frente las obvias reclamaciones individuales o gremiales. Este mecanismo – estilo manu militari, o detención preventiva, primero lo arresto y después averiguo – es violatorio de todas las normas de derechos humanos, en particular del derecho al trabajo consagrado en la Constitución Nacional y normas internacionales.

Por ello nuestro repudio y el de un conjunto de organismos sociales, políticos y académicos. Y la decisión de impulsar el freno de la ola de despidos a través de la movilización popular y de las presentaciones en los ámbitos judiciales nacionales e internacionales.

Constituye también un llamado de alerta además para que las fuerzas progresistas y populares corrijamos - allí donde somos gobierno y en el futuro cuando recuperemos lo perdido - las políticas de empleo y de inclusión laboral, a través de normas claras que impidan estos cambios siniestros.


(*) reconocimiento especial merece el programa “Minuto 1”  de Gustavo Silvestre en C5N único medio televisivo que tomó el tema y lo desarrolló a lo largo de toda la semana del 4 al 8 de enero/2015.

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